27 agosto 2009

S.

Me perdí 9 meses de acá, pero gane tanto… tanto en vida!... en ese perderse en mi estomago, ahora cansado de tantos sabores, mi boca debería escribir. Escribir o hablara de mi recordar, pero cada vez que recuerdo allá, cada vez que recuerdo el pasado, me voy al futuro… como si en una pausa no dejara nada de lo actual.

Miro la lejanía de lo que era ya tan próximo y me descoloca… ¿Qué instintos tienen entonces mis recuerdos?.

¿Debo escribir?, comportarme como una buena narradora de mi vida, a modo de construirla… pero imposible en no pensar en las nubes, en el atlántico, en tus frases, en las carcajadas que quedaron suspendidas; por qué la estancia se hizo corta, como algo atávico desde que se cruzo un juego ansioso de manos sobre el escritorio colindante que clasificaba piezas exóticas. Se haría corta, porque no había suficiente mate para conversar; corta como una sentencia, desde que te mire otra vez cuando nos supimos cómplices de la crítica, de nuestra subalternidad de etnólogos, frente a la parodia del statu-quo de la diversidad cultural.

… Tan próximos que éramos, tan desconocidos que quedamos, ahí… susurrando un mismo sueño. Lo sabemos, quedamos ambos pendientes de nuestras miradas, como si algo nos debiéramos de alguna u otra forma… escucho música africana, quizás algún día…

No hay comentarios: