18 noviembre 2010

cuento de adas

aveces pienso que podría ser como una rata vieja, de esas que ya a sobrevivido tanto y de tantas formas, que no tendría porque chirriar los dientes frente a ninguna vicisitud.

pero en vano, veo como se castañea los molares...

cada día se es aun más hiriente,
como todos inunda las murallas,
con un olor a alcantarillado, donde los ratones no sólo portan rabia que infecta a otros animales, sino por sobre todo a los hombres que viven sobre ellos.

entonces prefiero pintar la imagen de un ratón de campo, libre y ladrón,
colgado de las higueras dejandose caer amarrado a la fértil fruta,
que no olvida nunca madurar y que con tanta generosidad alimenta también a sorsales, tordos, gallinas y espantapájaros.

ratones bandoleros, que cruzan las cornizas para robar gallinas, comer polluelos, hurtar maíz en el invierno y reírse desde su madriguera de los perros que los rondan.

¿quiénes son entonces ratas, en aquellos cuentos de adas que nos contaban cuando niños?.

por qué Camus ilustro con aquellos animales este hedor casi mortífero, donde parece no pasar nada, pero que explota como una peste...

digamos que: ¿quiénes son entonces ratas?

¿son sólo aquellos seres que sobreviven en las alcantarillas?,
¿qué se baten a duelo por las nocturnas avenidas, por una contienda tan sensata como sobrevivir?...

¿quiénes son ratas realmente?

cuando se deja morir a 1110 de personas en Haití de coléra...
quiénes traen o portan la peste, entre los que solo luchan por sobrevivir.