10 agosto 2009

La duda

Tropiezas, en un momento de absurda discordancia, te empeñas en recordar algo indebido… por alguna pequeña insinuación de tu vida, te lanzas y vuelves al aire.

Entonces, te ves: estas sentada mirando la cara sonriente de tus amigos, entrelazados entre tus anécdotas, ni recuerdas como abriste la puerta… los tres sorprendidos, nos vimos enrollados en un mar de infidencias, que satisfactoriamente para todos, comprendíamos por las historias compartidas y las propias.

Pero vino -en esa especie de esfuerzo por comprimir 9 meses de tu vida- lo que era una inofensiva anécdota; te dejo tambaleante, punzaba recordar, aun hoy sigue la duda… y no hay cosa que desespere más que la duda, la duda…

Tras los días buscas aquietar esa sed obsesiva que te dejó, pero sabes que es absurdo, recordaste porque querías recordar, y ahora estas en otra ciudad…

M.

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