27 agosto 2009

S.

Me perdí 9 meses de acá, pero gane tanto… tanto en vida!... en ese perderse en mi estomago, ahora cansado de tantos sabores, mi boca debería escribir. Escribir o hablara de mi recordar, pero cada vez que recuerdo allá, cada vez que recuerdo el pasado, me voy al futuro… como si en una pausa no dejara nada de lo actual.

Miro la lejanía de lo que era ya tan próximo y me descoloca… ¿Qué instintos tienen entonces mis recuerdos?.

¿Debo escribir?, comportarme como una buena narradora de mi vida, a modo de construirla… pero imposible en no pensar en las nubes, en el atlántico, en tus frases, en las carcajadas que quedaron suspendidas; por qué la estancia se hizo corta, como algo atávico desde que se cruzo un juego ansioso de manos sobre el escritorio colindante que clasificaba piezas exóticas. Se haría corta, porque no había suficiente mate para conversar; corta como una sentencia, desde que te mire otra vez cuando nos supimos cómplices de la crítica, de nuestra subalternidad de etnólogos, frente a la parodia del statu-quo de la diversidad cultural.

… Tan próximos que éramos, tan desconocidos que quedamos, ahí… susurrando un mismo sueño. Lo sabemos, quedamos ambos pendientes de nuestras miradas, como si algo nos debiéramos de alguna u otra forma… escucho música africana, quizás algún día…

23 agosto 2009

Amatoria reciente

Recuerdo una sonrisa sospechosa, un deseo anunciado, una anécdota permanente, una espera ansiosa en la oficina, una inesperada sorpresa, una calidad mirada, un desorden desbordante, un reflejo de esperanza…

En un desolado Museo, dos personas se sonreían. En una oficina, formando parte del aparataje social de “funcionarios”: dos miradas se reconocían… nos sabíamos distintos, nos dudábamos.

Angustia tuve al mirarte partir, aunque yo era quien me iba; sensata fue tu despedida. Mi ausencia no significaba nada entonces en el cotidiano transcurrir de actividades penumbrosas, de bajo internes intelectual, de inapropiado equipaje; mi ausencia no significaría nada, de lo que tus risas hacían ver en el embrollo de papeles y esquemáticas reivindicaciones de lo que en el fondo seguía siendo colonialismo.

A veces pensé que nos volveríamos ver, ahora no creo que se cumpla ese augurio. Siempre quise probarte, esa será la única verdad.

M.

9 agosto 2009.


14 agosto 2009

Dragones visitan el cielo de Santiago




Insertos en el suburbio, personas de Santiago vieron ante sus ojos un espectáculo sin igual: una oleada de dragones, que traídos por el viento oeste, sobrevolaron los techos de la ciudad.

Los motivos para semejante aparición de aquellos animales míticos aún no se tienen claros. Entre los murmullos de las personas, circulan diversos comentarios. Algunos impávidos frente a sus rugidos, dicen que han venido a salvarlos del smog. Otros comentan haber visto como uno de estos seres con su cola abatió con fuerza un árbol de enormes proporciones, dejando flotar en los cielos estrellas y hojas de la copa de los árboles.

Se dice también que en las proximidades del cerro San Cristóbal, uno de estos seres –al parecer el más pequeño de la manada- armo tal alboroto que las aves del zoológico sufrieron un colapso de histeria produciendo una algarabía de gritos que se escucho hasta el Estadio Nacional.

Un transeúnte que circulaba por los alrededores del barrio Bellavista comento: “prontamente pasaron, desaparecieron rumbo a la cordillera, sin dejar rastros mas que un viento frío”.

A pocas horas de este incidente, comenzaron a caer gotas sobre Santiago, y por fin, todo se hizo respirable…

M.






10 agosto 2009

A mi amor

Me palmo en la infancia, como si tuviera sentido aun hoy verse crecer… me recobro, como si fuera inútil proyectarse, me reinvento a cada rato dentro de los limites posibles. Pero por mucho que quiera mantener las composturas, siempre por el más ínfimo rincón de la muralla me escapo, y ni yo misma puedo contenerme en esta alegría de alejarme, como si sólo eso tuviera sentido, como si eso fuera lo importante.

Cuando retorno en la noche, creo que no he hecho suficiente. Más mis dudas tengo, porque a la mañana siguiente buscaré, en cualquier agujero posible, un espacio nuevo para irme, sin rumbo, sin paso, sin nada más que me ate.

M.


31 de julio 2009

Tendales

Cuelgo, tiendo, es visible;

No se porque sospecho que en este acto tan poco pudoroso… no solo los malos olores se van.





La duda

Tropiezas, en un momento de absurda discordancia, te empeñas en recordar algo indebido… por alguna pequeña insinuación de tu vida, te lanzas y vuelves al aire.

Entonces, te ves: estas sentada mirando la cara sonriente de tus amigos, entrelazados entre tus anécdotas, ni recuerdas como abriste la puerta… los tres sorprendidos, nos vimos enrollados en un mar de infidencias, que satisfactoriamente para todos, comprendíamos por las historias compartidas y las propias.

Pero vino -en esa especie de esfuerzo por comprimir 9 meses de tu vida- lo que era una inofensiva anécdota; te dejo tambaleante, punzaba recordar, aun hoy sigue la duda… y no hay cosa que desespere más que la duda, la duda…

Tras los días buscas aquietar esa sed obsesiva que te dejó, pero sabes que es absurdo, recordaste porque querías recordar, y ahora estas en otra ciudad…

M.

07 agosto 2009

Cotidiano*

Me acuesto con una camiseta roja, que ya ni recuerdo como se hizo mi pijama. Miro por la ventana como el invierno pasa: el sol cae, los pájaros cantan, los gatos follan… veo rincones que había perdido -estaba alejada, distraída o distante- , que nunca había retenido, en mí, aquellos flechazos… Recorro todo nuevamente, como si no fuera mío –con la gran duda si alguna vez lo fue- para con animo decidido recobrarlo, y no sentir que robo a cada instante de esta vida un trozo de incertidumbre en mi caminar.



M.



santiago de chile


*en honor a esa canción de Chico Buarque, que desde infancia me ha parecido fascinante.